DOI: https://doi.org/10.32870/vinculos.v5i9.7691
Escritos de frontera
La lucha de los trabajadores electricistas en el cine: los casos de La boquilla (1978) y La otra historia. La Tendencia Democrática (2006)
Rosario Vidal Bonifaz1
1Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara
Resumen
Hasta donde ha podido indagarse en los archivos cinematográficos nacionales, los primeros testimonios fílmicos sobre la Tendencia Democrática (TD) de los Trabajadores Electricistas fueron filmados en formato Súper 8 entre 1971 y 1972 por la Cooperativa de Cine Marginal, especie de movimiento fílmico encabezado por Paco Ignacio Taibo II, Enrique Escalona, Víctor Sanén, Eduardo Carrasco Zanini, Gabriel Retes y Guadalupe Ferrer, entre otros, la mayoría de ellos militantes o simpatizantes del Movimiento Estudiantil-Popular que cimbró a México en 1968. El movimiento de la TD prosiguió en años posteriores y a esos ejemplos pioneros se sumaron los abordados de manera pormenorizada en el siguiente texto: el cortometraje La boquilla, realizado en 1978 y en 16mm por Alejandra Islas, y el derivado de los materiales filmados por Julio Pliego en torno a 1975, mismos que posteriormente fueron integrados en el documental La otra historia. La Tendencia Democrática, montado en 2006, ambos ejemplos de un cine que intentó estar a la altura, y al lado, de la lucha de los electricistas disidentes.
Palabras clave: Movimientos sociales, cine documental, electricistas, Tendencia Democrática, Rafael Galván.
Abstract
As far as it could be inquired in the national cinemathogric archives, the first film testimonies on the Tendendencia Democrática de los Trabajadores Electricistas (Democratic Tendency (DT) of the Electric-Industry Workers) were filmed on super 8 between 1971 and 1972 by the Cooperativa de Cine Marginal, sort of a filmic movement leaded by Paco Ignacio Taibo II, Enrique Escalona, Víctor Sanén, Eduardo Carrasco Zanini, Gabriel Retes and Guadalupe Ferrer among others, most of them activists or supporters of the Movimiento Estudiantil Popular which shook Mexico in 1968. The movement of the DT went on for years, and those pioneering examples were followed by others addressed in detail in the present text: the short “La Boquilla” made in 1978 on 16 mm. by Alejandra Islas and the one originated on materials filmed by Julio Pliego around 1975, and eventually integrated into the documentary “La otra historia. La Tendencia Democrática”, edited in 2006, both of them examples of a cinema tending to be at the height and at the side of the struggle of the dissident workers.
Keywords: social movements; documentary cinema; electricity workers; Democratic Tendency; Rafael Galván.
Recibido: 31/10/2023
Aceptado: 15/01/2024
Introducción: antecedentes y contexto histórico de la lucha de la Tendencia Democrática del Sindicato Mexicano de Electricistas
Mientras las tropas villistas y zapatistas ocupaban la capital del país, el 14 de diciembre de 1914 se crea el Sindicato Mexicano de Electricista (SME), cuyo primer secretario general fue Luis R. Ochoa Rivera y tuvo a Ernesto H. Velasco como secretario del interior. En 1916, junto con otros sindicatos, el SME convoca a una huelga general por aumento salarial, jornada de ocho horas y pago en oro; por tal motivo resultan reprimidos y Velasco es encarcelado. En el año 1932[1] el siempre combativo SME logra un primer contrato colectivo de trabajo, pero es hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas, concretamente en 1936, cuando estalla la huelga en la principal compañía de electricidad, la Mexican Light and Power Company/Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, gracias a lo cual los trabajadores obtienen un contrato colectivo de trabajo con disposiciones más claras y precisas.
Poco tiempo después, el afamado artista japonés Seki Sano, con el impulso y apoyo del gran poeta, dramaturgo y crítico de cine Xavier Villaurrutia, diseña el Teatro de las Artes del SME, ubicado en Antonio Caso 45, en la Ciudad de México, en donde David Alfaro Siqueiros, José Renau, Antonio Pujol y Luis Arenal, pintan, entre julio de 1939 y octubre de 1940, el magnífico mural “El retrato de la burguesía”, obra pictórica sobre la que la documentalista Alejandra Islas haría, en 2014, un cortometraje del mismo nombre, de 11 minutos de duración, accesible en la página 16599 Transmedia.
El 27 de septiembre de 1960, durante el gobierno de Adolfo López Mateos, se logra la nacionalización de la industria eléctrica. Los electricistas de las empresas extranjeras se encontraban agrupados en 52 Sindicatos de la Federación Nacional de Trabajadores de la Industria y Comunicaciones Eléctricas (FNTICE), que con la nacionalización se convertirá el 12 de octubre de 1960, en el Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (STERM), con Rafael Galván como su secretario general, quien luchará por unificar y democratizar el sindicalismo nacional.
En 1966 el STERM, el SME y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) firman un Convenio tripartita y se comprometen a respetar los respectivos contratos colectivos de trabajo, lo que sucede sólo en el papel, ya que desde ese momento y a lo largo de los años subsecuentes la CFE inicia una política de hostilidad, tratando de favorecer a las empresas privadas. Por ejemplo, en 1970 el Congreso del Trabajo, en donde el llamado sector ‘charro’ imponía su hegemonía, se decide expulsar al año siguiente, en octubre de 1971 al STERM y, el SME logra la titularidad del contrato colectivo. Por tal motivo el STERM encabeza una serie de manifestaciones, iniciadas el 21 del mismo mes en Puebla. El 14 de diciembre llevan a cabo una primera Jornada Nacional por la Democracia Sindical en 40 ciudades de todo el país y son respaldados por otros sectores, como la Sección 37 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, los telefonistas, los ferrocarrileros dirigidos por Demetrio Vallejo (algunos de esos momentos serán filmados por la Cooperativa de Cine Marginal). Continuamente la respuesta de la CFE es atacar por medio de un grupo de esquiroles a los trabajadores del STERM, como en la sección 40 de Celaya, a lo que nuevamente el STERM responde el 27 de enero de 1972 con la Segunda Jornada Nacional por la Democracia Sindical en 48 ciudades, seguida el 27 de abril por una Tercera Jornada.
El 31 de mayo de 1972, la CFE firma con el SME el contrato colectivo, que a su vez era administrado por el STERM. Para tratar de resolver todos los conflictos, el gobierno federal, encabezado por Luis Echeverría Álvarez, propone la unificación de los dos Sindicatos. Con la participación del mismo Echeverría Álvarez y del entonces director de la Comisión Federal de Electricidad, José López Portillo,[2] los comités ejecutivos de ambos sindicatos suscriben un Pacto de Unidad y se crea el 20 de noviembre el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), que pasa a ser miembro de la Confederación de Trabajadores Mexicanos (CTM)[3]; la secretaría general queda en manos de Francisco Pérez Ríos (líder charro, que contaba con el apoyo de Fidel Velázquez) y la comisión de fiscalización y vigilancia se concede a Rafael Galván;[4] sin embargo, durante un buen tiempo se mantendrán las dos líneas contrapuestas y enfrentadas.
En mayo de 1974 los trabajadores del Instituto Nacional de Energía Nuclear ingresan al SUTERM. Los conflictos continúan y estallan huelgas en diversas partes del país, como la de junio de 1974 de Cerro Gordo, Estado de México, que, por medio del secretario del interior, Amador Robles Santibáñez, encabeza un grupo de policías y esquiroles para romper la huelga. La respuesta es la creación del Movimiento Sindical Revolucionario, encabezada por Rafael Galván, organismo que el 12 de octubre lleva a cabo su primera Conferencia Nacional de Tendencias Democráticas con representantes de la industria eléctrica, nuclear, ferrocarrilera, minero-metalúrgicas, automotriz, entre otras.
En enero de 1975 son despedidos trabajadores de las secciones de Morelia y es asesinado el secretario general de la sección General Electric, Domingo Salgado, crimen que es achacado a Rafael Galván[5], quien de inmediato publica una carta dirigida al presidente Luis Echeverría y asimismo “denuncia la intromisión de la CFE en los asuntos sindicales, y señala la necesidad de formar un frente amplio y popular contra el imperialismo. Además, menciona por primera vez en un documento público el término ‘Tendencia Democrática’, para referirse al contingente de electricistas que encabeza […] El 8 de febrero, quince mil electricistas se manifiestan en Guadalajara para apoyar al sector democrático del SUTERM”.[6] La respuesta de los ‘charros’, avalada por Fidel Velázquez es la expulsión de Galván y su grupo. El 27 de marzo el secretario general Pérez Ríos fallece y es sustituido en el sector por Leonardo Rodríguez Alcaine, conocido como “La Güera”, títere de Velázquez y por tanto opositor a cualquier cosa que huela a democracia sindical. El 5 de abril de 1975, veinte mil trabajadores reunidos nuevamente en la capital de Jalisco respaldan a la Tendencia Democrática y aprueban la ‘Declaración de Guadalajara’, en donde sobresale que el “charrismo no es sólo robo de cuotas, venta de contratos o persecución de obreros […] el charrismo ha devenido una estructura política básica del imperialismo, de la burguesía subsidiaría y de los funcionarios corruptos que cambian tradicionalmente el patrimonio nacional por un plato de lentejas” (Sin Autor, 1975).
El 1 de mayo, pese a las circunstancias, marchan conjuntamente los electricistas del SME y la Tendencia Democrática (TD), con el puño en alto y gritando consignas democráticas frente al balcón presidencial en el Zócalo de la Ciudad de México. Sin embargo, la política de la CFE consistirá en el despido continuo de electricistas que militen en la TD y la permanente invasión de instalaciones por parte de esquiroles, la policía y/o el ejército, como en los casos de Saltillo, Aguascalientes y Torreón. El 27 de julio los secretarios generales de Puebla y Guadalajara, Víctor Manuel Carreto y José Aceves Pozo, renuncian a la TD. El 25 de octubre un grupo de pistoleros toma por asalto el edificio de la CFE en Torreón e impiden la entrada de los trabajadores que no acepten renunciar a la TD. El 15 de noviembre más de 250 mil personas participan apoyando a la TD en la Ciudad de México; la respuesta a dicha manifestación llega el 18 con la disminución de la autonomía seccional y el cambio del puño cerrado en el escudo del Sindicato por el emblema de la CTM. El 25 del mismo mes, un grupo de pistoleros asalta el local sindical de las secciones nucleares en la calle de Carolina, en la capital del país, mismas que serán separadas del SUTERM. En las siguientes manifestaciones de la TD, los ‘charros’ agreden a los asistentes y poco a poco disminuye el apoyo del sector obrero; tan sólo quedarán como solidarios al movimiento grupos de estudiantes, cañeros y el Sindicato de universitarios.
Con el relevo presidencial e inicio de la gestión de José López Portillo se intensifican los actos represivos y sistemáticos contra la TD: son agredidos los trabajadores de Hidalgo; el 14 de mayo de 1977 la CFE suspende el pago de salarios de 150 trabajadores de Mexicali y en Baja California varios de ellos son despedidos. El 28 de septiembre un centenar de electricistas instala un campamento junto a la residencia presidencial en Los Pinos, en lo que se llamó ‘El campamento de la Dignidad Obrera’; son desalojados el 5 de noviembre por policías y granaderos, esto cuando el jefe del Departamento del Distrito Federal era Carlos Hank González. El día 11 de ese mismo mes los electricistas de San Luis Río Colorado y Puerto Peñasco renuncian a la TD. Al día siguiente el Consejo Nacional de la TD, reunido en Ciudad Universitaria, ofrece la desaparición de la Tendencia, a cambio de la reunificación democrática de las secciones del SUTERM, reconocimiento de las secciones nucleares y Kelvinator, reinstalación de todos los rescindidos, pago de salarios caídos y reconocimiento de derechos a eventuales (Sin autor, 29 de noviembre de 1977: 17A).
La respuesta llega el 16 de enero de 1978, cuando la CFE ordena cerrar la planta hidroeléctrica de La boquilla, en Chihuahua[7], lo que implica dejar sin trabajo a 150 electricistas, todos militantes de la Tendencia Democrática. Tres semanas después el cierre ocasiona la suspensión por varias horas de la energía eléctrica en el sur del estado de Chihuahua y por tal motivo se permite la entrada de técnicos de la CFE; el 20 de febrero un grupo de esquiroles intenta tomar las instalaciones de Parral; los electricistas lo impiden y permanecen por varios meses sin recibir salario; también defienden las instalaciones de San Luis Potosí y Guanajuato. El 3 y 4 de marzo los electricistas que custodiaban la planta de La boquilla son desalojados por cerca de 300 policías judiciales y soldados del ejército al mando del general [Rodolfo] Cruz Pardo[8], lo que provoca que el 9 la representación en el Valle de México del Frente Nacional de Acción Popular realice una marcha en la Ciudad de México en apoyo a los trabajadores de La boquilla. El 15 de septiembre desaparece la TD y se acuerda las respectivas reinstalaciones, indemnizaciones y jubilaciones de los trabajadores cuya situación laboral había sido afectada por pertenecer a dicha organización gremial.
En su respectivo balance, Raúl Trejo Delarbre considera que el movimiento de los electricistas democráticos “ha sido uno de los más destacados en la historia del sindicalismo mexicano, y sin duda el de mayores dimensiones y perspectivas en los últimos años. Las movilizaciones, las expresiones solidarias, las múltiples reacciones que desató entre las burocracias política y sindical, el papel que jugó como eje de la insurgencia obrera reciente, señalan su importancia” (Trejo Delarbre, octubre-diciembre de 1978: 47).
Los cortos de la Cooperativa de Cine Marginal en torno al STERM
Como resultado del movimiento estudiantil de 1968 y por los debates suscitados por el Segundo Concurso de Cine Experimental Luis Buñuel, en 1971 un grupo de cineastas y cineclubistas integrado por Paco Ignacio Taibo II, Enrique Escalona, Víctor Sanén, Eduardo Carrasco Zanini, Jorge Belarmino, Gabriel Retes, Carlos Méndez, Carlos de Hoyos, Guadalupe Ferrer, entre otros, crean la Cooperativa de Cine Marginal, en diciembre de ese año inician la filmación de Insurgencia Obrera. Comunicado 1, sobre el inicio de la lucha del STERM, de 12 minutos de duración:
El énfasis narrativo estaba puesto en la voz off y en la banda sonora. La cinta iniciaba con tomas de fábricas desde un auto en movimiento mientras que una voz explicaba ‘el inicio de una nueva batalla en una larga guerra’ […] En off se usaban audios de manifestaciones y discursos. Se mezclaban entrevistas con Rafael Galván, quien aparecía en imagen fuera de sincronía. […]. Se ven imágenes de industria, gente en plazas, preparación de las mantas en una manifestación y un mitin. Al final, de manera privilegiada, un diálogo entre Demetrio Vallejo, el líder ferrocarrilero de 1958 recientemente liberado por la amnistía de 1971, en conversación con Rafael Galván. Intuitivamente el camarógrafo muestra la escena en un plano contrapicado. La sensación de heroísmo de los personajes retratados se acentúa en un close up de Vallejo sonriente, con la mirada esperanzada y con un montaje de una imagen que a continuación mostraba el logotipo del STERM” (Vázquez Mantecón, Álvaro, 2012: 206 y 207).
En el segundo Comunicado de la Cooperativa, de nombre Los traidores (1972), también de 12 minutos, se aborda la traición de un grupo de electricistas al grupo encabezado por Rafael Galván que pasan a militar en el sindicalismo oficial. “También en off se escuchan testimonios de obreros haciendo una descripción de sus problemas […] se percibe una búsqueda de los rostros específicos de los hombres que protagonizaron la insurgencia sindical durante la primera mitad de los años setenta”. (Vázquez Mantecón, Álvaro, 2012: 207 y 210). Y el tercer y último Comunicado, titulado Por la democracia sindical (1972) de 14 minutos, sintetiza y describe las manifestaciones del STERM en Celaya, Guanajuato.
Como se verá más adelante, las manifestaciones y varias marchas de la Tendencia Democrática en la Plaza de la Liberación y su discurso de la ‘Declaración de Guadalajara’, en la misma capital del estado de Jalisco, a donde acudieron electricistas del SME, petroleros de las secciones 1, 34 y 35 y otros, así como el funeral de Rafael Galván, fueron filmadas por Julio Pliego.
La boquilla (1978)
Correspondió a Alejandra Islas Caro, integrante de la generación de discípulos del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC-UNAM) a quienes impactaron de manera decisiva los acontecimientos políticos ocurridos en México entre 1968 a 1971, llevar a cabo el cortometraje La boquilla, cinta en 16 milímetros y con 17 minutos de duración, obra que intentó resumir una parte del movimiento sindical emprendido y desarrollado por la así llamada Tendencia Democrática.
Luego de lograr revisar el material fílmico correspondiente en la Filmoteca de la UNAM y de elaborar un cuestionario básico, el 5 de abril de 2021, vía zoom, se llevó a cabo una entrevista en la que la referida documentalista recordó que “después de filmar en el seno del CUEC los documentales Iztacalco, campamento 2 de octubre (1976-1978), La Marcha (1977) y La indignidad y la intolerancia serán derrotadas/Crónica de una huelga Universitaria (1977-1980), entró en contacto con Julio Pliego, que desde tiempo atrás se encontraba a su vez filmando muchos de los acontecimientos que formaban parte de las primeras luchas y demandas de la Tendencia Democrática”. Islas comienza a ayudar en la filmación de las marchas y otros acontecimientos de aquel movimiento y conoce a sus principales líderes. Por otro lado, en su departamento ubicado en las calles de Rébsamen, colonia Narvarte, comienza a reunirse con los electricistas de la Tendencia Democrática de Chihuahua, entre los que sobresalió Emilio Pizarro. Pensaba entonces filmar una ficción sobre la historia de la fundación del Sindicato desde sus orígenes en 1916 (lo que implicaba la recreación de las acciones de los primeros líderes, Luis R. Ochoa y Ernesto Velasco -que fue encarcelado), historia que desarrollaría hasta la década de los setentas. “Después, ya cuando surgió el conflicto en Chihuahua hubo el chance de ir hasta allá con ellos y filmar ese proceso. En aquella ocasión nada más fuimos José Luis González [otro estudiante del CUEC] y yo. Nos fuimos, me acuerdo, en un camión junto con los trabajadores. Íbamos con una cámara Bolex de 16 mm., propiedad del CUEC, que era operada por José Luis”. Para el registro de sonido utilizaron una grabadora Uher de cinta. Islas también recuerda que en aquella aventura fílmica los acompaño Arturo Whaley y que permanecieron alrededor de una semana.[9]
Para reforzar los acontecimientos, Islas retomó los métodos aprendidos en sus estudios de Sociología en la misma UNAM, y llevó a cabo la investigación en diarios, labor que siempre le ha gustado. Ello explica la irrupción de recortes de periódico que reportaron el conflicto, así como fotos de los trabajadores. Por lo demás, en el CUEC tenían un grupo de estudios sobre el movimiento obrero, muy influidos por Barry Carr[10], lo que le ayudó a estructurar mejor su proyecto.
A la pregunta si en algún momento pensó en filmar a la contraparte del conflicto, su respuesta fue muy precisa: “No, lo que recuerdo bien es que nos propusimos hacer un corto de contra información que mostrara el punto de vista de la parte agraviada […] no me planteaba hacer como un trabajo más a fondo, ver a los antagonistas y eso, no” (Vidal Bonifaz, Rosario, 5 de abril de 2021). Se trató, pues de optar por difundir aspectos de la lucha y la resistencia de los trabajadores.
Cuarta experiencia de Alejandra Islas en los terrenos del cine documental hecho para el CUEC, La boquilla inicia con imágenes de un mapa de la República Mexicana y del poblado de La Boquilla. Una voz en over nos informa: “La Boquilla, Chihuahua y los 3 mil habitantes que formamos parte de su población dependemos social y económicamente de una planta hidroeléctrica que funciona desde los años 30. Las instalaciones de La Boquilla, Colina y Rosetilla[11] son el nervio de todo un sistema interconectado para controlar la transmisión de electricidad en toda la división norte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)”. Después aparece maquinaria en movimiento que evoca el rollo de un filme y alude a la incesante lucha de los trabajadores.
La documentalista interroga a Ernesto Natividad, trabajador de La boquilla, sobre el origen del Sindicato en aquel lugar. La respuesta señala que la organización se funda en 1934, para lo que se hizo estallar una huelga de 9 horas. No hay que olvidar que, para entonces, Lázaro Cárdenas está recorriendo el país en una gira en calidad de candidato del Partido Nacional Revolucionario. Después, en 1936, es decir, en pleno gobierno cardenista, tuvo lugar otra huelga de 9 días, muy difícil para los trabajadores: aparecen las respectivas imágenes de periódicos y fotos reportando aquella lucha. Se trae a la memoria que en ese entonces hubo unos fríos muy crudos, con guardias día y noche. En aquel momento se luchaba en contra de los intereses extranjeros, dueños de la plata productiva.
Nuevo corte para revelar otra nota periodística que reza: “El 16 de enero de 1978 fueron cerradas por la Comisión Federal de Electricidad las plantas hidroeléctricas de La Boquilla, Colina y Rosetilla, en el estado de Chihuahua, como una forma desesperada de liquidar la resistencia de los trabajadores de las mismas, miembros de la Tendencia Democrática del SUTERM. Esto se hizo después de que resultaron insuficientes las suspensiones, los despidos, el intento de imponer dirigentes y destituir a los que había electo la base”.
En seguida aparece tras un enrejado la hidroeléctrica La boquilla, con soldados subidos a camionetas de la CFE; en la portada de otro diario leemos: “Represión a la Tendencia Democrática. La CFE, contra un pueblo de Chihuahua. El cierre de La Boquilla-político. 82 comunidades pueden ser afectadas”.
Al ver los trabajadores tomadas sus instalaciones por el ejército y policías judiciales[12], que dijeron tener orden de la Procuraduría, un trabajador y una mujer[13] hicieron sonar las campanas y acudieron a la iglesia, inclusive mujeres y niños. Se recuerda ante la cámara que los soldados traían metralletas y les apuntaban, echaron a los trabajadores. Por supuesto que los funcionarios de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), empresa estatal, informaron que la toma de las instalaciones había sido “pacífica”.
Aparecen planos de tomas generales del poblado; otro trabajador, ataviado con sombrero, informa que ellos mueven la economía del lugar en 70%, que ellos ‘crean riqueza’; surge una manta del Sindicato de Trabajadores Electricistas, sección 28, con la clásica mano con el puño cerrado en donde se lee: ‘Por la justicia social’. Se rememora que, además, despidieron a los maestros[14] y al médico por defender a la Tendencia Democrática, ello mientras hay tomas de acercamiento a las instalaciones de la hidroeléctrica, que ahora se encuentra desértica. En la puerta del frontón Boquilla hay pegado un cartel del STUNAM con la figura de un electricista y el texto “ALTO A LA REPRESIÓN. Contra los trabajadores de la Tendencia Democrática. SOLIDARIDAD TOTAL con los electricistas Democráticos de la Boquilla, Chihuahua”, lo que se contrapone con un anuncio de la Coca Cola, que tiene pegado información del SUTERM.
Se resalta el contenido de otro artículo: “El vocero de la Comisión Federal de Electricidad, informa que los trabajadores se posicionaron ilegalmente de las instalaciones y aseguró desconocer la toma por parte del gobierno”. Otro texto indica: “Hugo Cervantes del Río, director de la CFE, reconoció la intervención militar debido a un problema sindical, que había un grupo de gente que estaba ilegalmente en las instalaciones y tuvieron que sacarlos”. Mientras Emilio Pizarro, manifiesta que el paro perjudica a 70,000 trabajadores distribuidos en tres hidroeléctricas y que la CFE deja perder 600 mil pesos diarios.
El líder sindical Ramón Vélez, representante del poblado Parral, comenta que la sección de ese lugar perteneciente al SUTERM ha permanecido siempre en la Tendencia Democrática: “por ese motivo se argumenta en contra nuestra un golpe” que ha comenzado en enero de 1978 con una campaña de intimidación con objeto de suprimir la voluntad de lucha de los trabajadores, que renuncien a la lucha democrática, que se unan al ‘charrismo sindical’. Su contrato colectivo ha sido transferido a Rodolfo Rodríguez, un tipo que surgió de su propia sección y se presta para ser instrumento de represión a los trabajadores. Aparecen fotografías del 20 de febrero, donde son estacionadas en el Centro de distribución camionetas con personal extraño, esto para apoyar al líder impuesto. El 28 de febrero CFE y sus esquiroles abandonan las instalaciones. Desde ese día los trabajadores las recuperan, lo que se significa con el gesto de alzar el puño de la victoria.[15]
Luego vemos fotografías del presidente José López Portillo y Fidel Velázquez y sus secuaces; en seguida se recurre a las caricaturas de dos boxeadores, uno de ellos porta el cinturón de la TD y otro las iniciales de JLP, las cuales se superponen simulando la lucha de la Tendencia con el gobierno. Por cierto, durante el conflicto, los electricistas en lucha planeaban abrir un cine en el poblado a fin de exhibir películas que les ayudaran a sostener su lucha.
Sobre el líder Rafael Galván, Islas recuerda: “Había mucha cohesión entre los que estaban con Galván, a su alrededor, era un líder muy carismático, que imponía mucho, que se daba a respetar y que sobre todo inspiraba confianza, sabía hablar bien, y tenía un círculo de personas, sus mismos compañeros, que fueron completamente fieles, leales, a él y a su causa”[16]. Además, en el ‘Centro de Estudios Rafael Galván’, ahora en posesión de la Universidad Autónoma Metropolitana, espacio situado en la calle de Zacatecas 94, en la Ciudad de México, se llevaban a cabo las juntas de la Tendencia Democrática. El líder tenía sus oficinas en la plata alta; poseían una imprenta en la que se hacía la Revista Solidaridad[17], que dirigía el líder y en la que la propia documentalista colaboró ilustrando los textos con fotografías. En dicho lugar asistían muchos Universitarios, sobre todo los del Movimiento de Acción Popular (MAP), donde estaban Pablo Pascual Moncayo, Arturo Whaley, José Woldenberg, Erwin Estefano, Rolando Cordera, Julio Pliego, Diego López Rivera y otros.[18]
De regreso al sentido y contenido del corto, toca el turno de entrevistar al máximo líder, Rafael Galván, que atestigua que “en el fondo de la lucha de la Tendencia Democrática se enfrentan dos concepciones sindicales: una concepción que corresponde a la política laboral seguida durante los últimos treinta y tantos años en nuestro país y que descansa en el control antidemocrático de los trabajadores, que entrega a camarillas burocráticas el manejo irrestricto de las organizaciones sindicales […] por otra parte, una concepción que entiende el sindicalismo como el ejercicio de los derechos democráticos para cumplir tareas de defensa de los intereses legales, de los intereses históricos de la clase trabajadora”.
Posteriormente nos situamos con las imágenes de la marcha de los trabajadores en la capital del país, apoyando a la TD; algunos reparten boletines a la policía que custodia la manifestación: montado en un típico burrito de piñata aparece un líder ‘charro’ con la leyenda ‘Rafael Riva Palacio’. Luego avanza el contingente del STUNAM, se grita “¡Este puño sí se ve’!”; en torno al simbólico Hemiciclo a Juárez, con el puño en alto, vemos a los principales líderes de la Tendencia Democrática como Rafael Galván, acompañados del líder del STUNAM Evaristo Pérez Arreola y Alfonso Fragoso Pérez[19], entre otros[20]. Ahora todos corean “¡Obreros, unidos, jamás serán vencidos!”; se alcanza a leer que Galván ha dicho al diario Uno más Uno que: “La Boquilla es un problema creado con el fin de desunir a la Tendencia Democrática”. En ese sentido, la periodista Carmen Lira informaba el 4 de marzo que los obreros se encontraban “en junta permanente”[21]. Inmediatamente después, se muestra la asamblea del 20 de marzo, a la que también se integraron compañeras del Comité Femenil del Valle de México. Algunos de los que toman la palabra son: Gilberto Partida de la sección Mexicali; Arturo Whaley, además de Ernesto Natividad y Emilio Pizarro. Uno de los primeros oradores explica la lucha, la cámara hace varios close-up a los rostros de varios electricistas y mujeres, se pasa a un corte para salir a entregar propaganda del movimiento y botear a las calles para conseguir dinero. De regreso a la reunión, otro trabajador informa que cuando fueron notificados por CFE del cierre de sus plantas, propusieron trabajarlas por su propia cuenta, para demostrar su costeabilidad, pero no hubo respuesta por parte del Gobierno. Mientras intentaban la reapertura de sus centros de trabajo, para finalizar nuevamente con el puño en alto por parte de las y los trabajadores, varias de ellas sonríen a la cámara; a través de un vidrio roto de una construcción aparece otro puño en alto, dando a entender que los electricistas resurgen de sus cenizas para defender su lucha. Como se sabe, a partir de enero y hasta septiembre se inicia una intensa campaña de prensa por el despido de los electricistas. Y a pesar de que implicaba un daño grave para el funcionamiento del servicio eléctrico en la zona norte del país, no se acepta la reinstalación de los trabajadores de La boquilla.
La edición del cortometraje de marras la llevó a cabo Alejandra Islas en el CUEC y de inmediato promovió una función en las instalaciones de la calle de Zacatecas 94 a la que asistieron los electricistas, que siempre ayudaron en la empresa pues los motivaba mucho que los filmaran: “aportaron mucho y se emocionaban” (Vidal Bonifaz, Rosario, 5 de abril de 2021).
Sobre su aportación a dicho movimiento piensa que:
Yo creo que fueron la suma de contribuciones que hacíamos gente de fuera, como los que participábamos en la Revista[22]; los intelectuales universitarios que aportaban ideas para las estrategias del movimiento, o sea la suma de acciones, de puntos de vista, de debates, yo creo que eso fue lo que nutrió de alguna manera al movimiento, que provocó algo interesante que podría converger, los diferentes movimientos, cosa que siempre existió en todos los sindicatos en ese periodo. Yo creo que fue algo muy efervescente, muy interesante, lo que se estaba logrando, que después, como todos los movimientos se empiezan a deteriorar, a desgastar. Los líderes se reblandecen, se ponen un precio y ya, quedan unos cuantos, pero siempre queda eso, esos cuantos son los que permanecen y mantienen una resistencia, y pues hasta la fecha yo creo que esos son los que todavía están, digamos, con una forma de militancia, que ya está en extinción, de alguna manera, pero ahí están todavía […], o sea, yo digo que el hecho de que nos vieran ahí, gente que éramos universitarios, para todos fue nutriente, fue enriquecedor, nosotros que íbamos a saber de obreros, pues ahí aprendimos cómo relacionarnos con ellos, pues conocían a los universitarios, en fin, ese intercambio yo creo que fue algo que no se ve quizás ni en textos, ni en fotos, ni en películas, pero quedo en la memoria de la relaciones personales, tanto de ellos, como en nosotros […] imagínate un obrero, un líder obrero como Galván, que dialogaba ya pues en un nivel muy profundo, y hacían cosas conjuntas con universitarios que no habían estado en la escena sindical, fueron los tiempos en los que se logra el Sindicato, entonces fue algo inusitado, algo nuevo, fue enriquecedor para todas las partes”. (Vidal Bonifaz, Rosario, 5 de abril de 2021).
Sobre la Tendencia Democrática considera que logró
Impactar mucho, yo lo veo, a mí personalmente, como jóvenes que éramos, que queríamos cambiar el país, que estábamos en búsqueda de justicia y de tantas causas que siguen siendo las mismas, pues si nos influyó mucho, porque veíamos un movimiento vivo, con un poder viable, y fuerte y entonces era muy alentador para las utopías que teníamos, ver que podía ser posible ese mundo, y ese cambio, pues yo creo que a muchos que no estábamos, que no veníamos de ahí, nos influyó en nuestra forma de pensar, nos hizo creer más en eso, y dedicarnos de alguna manera a seguir pendiente, pues observando, registrando esos movimientos. (Vidal Bonifaz, Rosario, 5 de abril de 2021).
Aunque limitado por el tiempo y la complejidad de los mismos acontecimientos, el trabajo fílmico de Islas Caro alcanzó a ilustrar varias facetas del movimiento de los electricistas democráticos, haciendo sobresalir la participación y resistencia de las secciones ubicadas en Chihuahua y el apoyo de las familias y las mujeres de los trabajadores. Un claro ejercicio de compromiso social y político de parte de una artista que, con el paso del tiempo, destacaría por hacer una obra fílmica ubicada siempre desde el lado de los luchadores contra un sistema político particularmente opresivo.
Una ficción fallida
El Colectivo de Cine y el Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear (SUTIN) produjeron de forma independiente en 1981 el filme Pueblo de Boquilla (16mm, 65 minutos de duración), dirigido por Miguel Ángel Madrigal (integrante del Taller de Cine Octubre, colectivo conformado en el CUEC-UNAM en los primeros años de la década de los 70 del siglo XX) y guion de Tomás Pérez Turrent (autor de los libros cinematográficos de Canoa y Las poquianchis, clásicos de Felipe Cazals), Rafael Galván, Arturo Whaley y Antonio Gerhenson. Los principales intérpretes fueron Ernesto Gómez Cruz, Heraclio Zepeda, Ofelia Medina y Carmen Lira; entre los extras participan los mismos Pérez Turrent y Whaley, además del líder Emilio Pizarro y pobladores de la región y trabajadores de la sección tres del SUTIN y de la misma Tendencia Democrática.
El filme reconstruye los acontecimientos ocurridos en 1978 en la termoeléctrica. El dirigente local Emilio Pizarro aparece a cuadro conversando con Ernesto Gómez Cruz, que lo personifica en la parte dramatizada, exponiéndole las causas y razones de su lucha; desafortunadamente los enfrentamientos entre electricistas, ejército y autoridades carecen de la contundencia requerida para alcanzar la verosimilitud que un relato de esta naturaleza exigía. La cinta tuvo un estreno el 25 de agosto de 1987 en la Sala Salvador Toscano de la Cineteca Nacional, dentro del ciclo “La clase obrera en el cine” y al parecer se dio a conocer en cine-clubes, pero no tuvo la resonancia que el hecho histórico en que se basó ameritaba.
El caso de La otra historia. La Tendencia Democrática
Como ya se mencionó con antelación, Julio Pliego[23] capturó diversas marchas y manifestaciones de la Tendencia Democrática; estos rushes serán unidos por medio de imágenes de archivo de Adolfo López Mateos y fotografías de Rafael Galván en donde se escucha su célebre discurso de la ‘Declaración de Guadalajara’ del 5 de abril de 1975, para formar un documental de 29 minutos en el año 2006, trabajo que contó con el apoyo de TVUNAM, espacio donde fue difundido.
Las primeras tomas del filme, en blanco y negro, son de la marcha ocurrida en Guadalajara; de pronto, se escucha una corneta y surge una banda de música; enseguida una masa de manifestantes porta una manta que dice ‘SUTERM’; al frente va don Rafael Galván y los manifestantes gritan “Este puño si se ve”. Se trata de un preámbulo que nos ubica de lleno en el sentido de proclama de lucha obrera que ostentará la obra en su conjunto.
Pasamos a un corte con imágenes de archivo a color que permiten descubrir una pletórica Plaza de la Constitución; un paneo permite registrar lo dicho en otras mantas portadas por diversos sectores electricistas, mientras se escucha la voz de Adolfo López Mateos, que en 1964[24] fue muy claro: “Hemos conmemorado la nacionalización de las instalaciones eléctricas que estaban en poder de empresas extranjeras; ahora los energéticos son del pueblo de México. Todos los energéticos están al servicio del desarrollo y del bienestar del pueblo (aplausos y manta roja con el puño cerrado), pensé que, en este día, (fotos de Zapata, Juárez, López Mateos y Morelos), haríamos solamente una recordación semejante, pero el señor senador Galván, ha tocado temas a los que yo no puedo dejar de aludir sin el más íntimo orgullo de mexicano, los temas del esfuerzo nacional que día con día construye este México del que cada vez estamos más orgullosos”. La cámara se acerca al palco presidencial y por la parte de atrás surge Adolfo López Mateos. El retorno a un momento histórico determinante da, a su vez, la pauta para entrar en materia.
Sobreviene el corte a una foto de Rafael Galván; al abrirse el cuadro, el líder aparece rodeado de militantes en otra marcha, mientras una voz en off nos dice: “La historia sindical de Rafael Galván, comienza antes de la nacionalización de las empresas extranjeras, pero a partir de entonces, adquiere gran significación; la nacionalización plantea la necesidad de unificar a los sindicatos bajo un mismo Contrato Colectivo de Trabajo [Otro acercamiento a Galván]. Así, el recién fundado Sindicato de Trabajadores de la Industria Eléctrica, el STERM, integra y unifica democráticamente a las empresas, al igual que a las organizaciones de los trabajadores. Consolidado el STERM, Rafael Galván se da a la tarea de impulsar la modernización del sector eléctrico, sabía también que defender la nacionalización implicaría dar la batalla por la democracia sindical”. A partir de este momento, la figura de Galván se convertirá en el eje dramático de la narrativa fílmica, pero también las masas dejan ver su constante movilización. Todo eso indica que el realizador ha aprendido muy bien la lección que dejaran las primeras grandes cintas de la vanguardia soviética, empezando por La huelga (¡Strike!, 1925), de Sergei M. Eisenstein.
De regreso a la marcha de Guadalajara, que al frente, como ya se mencionó, es acompañada por una Banda de música, los trabajadores dan la bienvenida al líder. Nueva foto con Arsenio Farell[25], Porfirio Muñoz Ledo y Francisco Pérez Ríos, mientras la voz en off informa: “En octubre de 1971 el STERM es despojado de la titularidad de su contrato colectivo por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, el Sindicato Nacional de Trabajadores Electricistas encabezado por Francisco Pérez Ríos había demandado dicha titularidad”.
Momento de otras evocaciones. Ahora aparecen en una ventana Demetrio Vallejo al lado de Galván, mientras se comenta que: “En diciembre de 1971 como respuesta a ese despojo los trabajadores electricistas apoyados por integrantes del Movimiento Sindical Ferrocarrilero encabezado por Demetrio Vallejo, realizan manifestaciones en más de 40 ciudades del país [esto mientras en pantalla surge el logo del Sindicato con el Puño cerrado con la inscripción ‘Por la justicia social’]. En 1972 el STERM realiza diferentes movilizaciones y llama no sólo a que se respeten sus derechos sino también a terminar la integración de la industria eléctrica, la unificación democrática de sus Sindicatos [estas frases se refuerzan mediante un acercamiento en cámara lenta a los manifestantes en otra marcha]. El STERM se convierte en el centro de una movilización sindical conocida como Insurgencia Sindical; se trata de reintroducir los métodos democráticos en las atrofiadas organizaciones sindicales [foto con imágenes de Porfirio Muñoz Ledo[26], Rafael Galván, Francisco Pérez Ríos y Luis Echeverría Álvarez del 20 de noviembre de 1972]. En septiembre de 1972 ante las movilizaciones de los electricistas el gobierno federal propone un convenio de unidad entre el STERM y el Sindicato Nacional de Electricistas; en noviembre de 1972 se lleva a cabo el Congreso de la Unidad con la presencia del presidente de la República Luis Echeverría, nace el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, SUTERM, se trata de una solución de compromiso [otra foto de Francisco Pérez Ríos, Echeverría, Galván y otros]; Francisco Pérez Ríos, será el secretario general de la nueva organización y Rafael Galván como presidente de la comisión de vigilancia. El año de 1973 transcurre en un frágil equilibrio entre las fuerzas del charrismo y las de la corriente democratizadora. En junio de 1974 estalla una huelga en la planta de General Electric, sección del SUTERM; las tensiones en este Sindicato afloran. El 1 de junio de 1974 esquiroles, policías y bomberos del Estado de México, rompen la huelga de General Electric. Rafael Galván repudia la agresión y acusa al secretario general Francisco Pérez Ríos de auspiciar la violencia; es asesinado el secretario general del Sindicato, sección General Electric, Domingo Salgado y se desata una campaña tratando de culpar del hecho a Rafael Galván”: todo lo anterior se ilustra con recortes de periódico en apoyo a los electricistas. El tejido de palabras e imágenes resulta, pues, elocuente y preciso. Se trata de situar el crecimiento de la lucha encabezada por Galván en medio de una virulenta oposición de quienes se resisten a perder el control gubernamental de la disidencia, cada vez más conocida y reconocida por la opinión pública.
Nuevamente imágenes de la magna marcha de Guadalajara; entre los manifestantes puede verse un cinefotógrafo, esto mientras los participantes gritan ‘Unidad, Unidad´, ‘SUTERM, SUTERM’ y mantas pidiendo ‘Democracia Sindical’, para otra vez permitir que la insistente voz en off nos aclare que: “En marzo de 1975, con el respaldo de Fidel Velázquez, secretario general de la CTM y la mitad del Comité ejecutivo, realizan un Congreso extraordinario; en él expulsan y destituyen a Rafael Galván y a la mitad del Comité Ejecutivo Nacional. El precario pacto paritario de noviembre de 1972, atestiguado por el presidente Echeverría vuela por los aires. En abril de 1975, la ahora denominada Tendencia Democrática de los electricistas, realiza movilizaciones contra el intento de barrerla del Sindicato. Su punto culminante es una gran marcha en la ciudad de Guadalajara, el 5 de abril, en la que se dio a conocer la ‘Declaración de Guadalajara’, el programa que contiene no se reduce a la lucha sindical inmediata, si no que intenta ofrecer un programa general para la realización, para la reorientación del país en un sentido popular y nacional”. En otras palabras, el recuento de voces e imágenes fijas y en movimiento va apuntalando un discurso que se posiciona del lado de los disidentes.
Corte a recurrentes imágenes a color con otras fotos de la manifestación del 5 de abril en Guadalajara[27], mientras se escucha a un vocero exclamar: ‘¡Camaradas, viva la democracia sindical, viva el compañero Galván!’; los presentes le responden: ‘¡Ese puño sí se ve’, ‘Viva Vallejo!’; se perciben nuevas porras a Galván, flanqueado por otro cinefotógrafo. En otras fotos aparece Galván al micrófono en la misma manifestación de la Plaza de la Liberación en Guadalajara y se le escucha informar: “¡Esta es, compañeras y compañeros, una prueba de la democracia que protagonizamos, practicamos y defendemos! De todos los rumbos de México han venido los trabajadores electricistas, soportando fatigas, realizando sacrificios, por sus propios medios y recursos, aquí no hay un solo acarreado, aquí está la voluntad actuante de los hombres libres, aquí estamos los trabajadores electricistas, para levantar la bandera de la democracia sindical y para condenar el charrismo en México; la presencia de ustedes es una prueba de que el pueblo de México ya está harto de simulaciones […]”. El vibrante discurso es aclamado por manifestantes que gritan ‘¡Los obreros al poder!’, muestra de que el movimiento, o al menos un sector de éste, se ha radicalizado al punto de aparente no retorno.
Nuevo corte a fragmentos en blanco y negro con la marcha de Guadalajara, donde sobresale un grupo nutrido de mujeres, para regresar a Galván, que continúa su discurso a un flanco del bello edificio del Teatro Degollado: “¡Basta compañeras y compañeros leer las pancartas que esgrimen ustedes, las que han paseado por las calles de esta hermosa Ciudad de Guadalajara, para apreciar, para saber lo que es un mandato democrático, nos hemos reunido aquí, precisamente para defender lo que ustedes proclaman en sus pancartas y para condenar lo que ustedes condenan es sus pancartas; hemos venido aquí para desconocer los acuerdos de un Congreso espurio! […]”. Al seguir haciendo eco a las palabras de Galván, el sentido del relato fílmico cobra mayor fuerza y trasciende el simple reportaje para buscar quedar como un testimonio fehaciente de un momento clave de la lucha de los electricistas.
Otro corte más a las imágenes de la marcha-mitin de Guadalajara, ahora con mantas que dicen ‘Manos fuera de SUTERM’; el líder continúa glosando: “¡Es necesario y para eso nos hemos reunido aquí, es necesario levantar la vergüenza y la dignidad de la clase obrera; se inicia aquí en Guadalajara una lucha a fondo en contra del charrismo, una lucha a fondo para defender el sector nacionalizado de la economía que es la base del progreso y el desarrollo revolucionario del país; se inicia aquí la lucha por democratizar el movimiento obrero, que tiemblen los charros, cuando los obreros despiertan y se ponen en marcha, comienzan a derrumbarse las viejas estructuras, comienzan, como han comenzado hoy abrirse las purgas del charrismo en México [se escuchan las porras a Galván y aplausos]!”.
Un corte más a la marcha de Guadalajara, con énfasis en mantas que exigen ‘Democracia sindical y Democracia ejidal, bases del nuevo avance revolucionario’; ‘Democracia sindical sí, charrismo, no’; para pasar a fotos del mitin en Guadalajara, mientras su líder menciona: “La respuesta que venimos a dar aquí a los enemigos de la unidad de los electricistas, es comprometernos para llevar adelante la integración de la industria eléctrica y la unidad democrática de los electricistas, desde aquí hacemos un llamamiento a todos los trabajadores miembros del SUTERM, para que entiendan que la garantía eficaz de sus derechos, que la garantía insustituible de sus intereses, la tienen en sus propias manos, la tienen en su propia voluntad, deben darse cuenta de una vez por todas de que tienen fuerza suficiente para barrer nosotros y los trabajadores, para barrer nuestra casa y para poner la basura en su lugar, la basura son ellos, los charros, nosotros somos los trabajadores”; se escuchan aplausos y gritos de ‘¡Fuera charros del SUTERM!’. En este punto, la película se ha revelado como la recuperación casi absoluta de lo que parece hacer sido uno de los momentos culminantes de un largo y complejo proceso de aspiraciones épicas en su lucha frontal contra la manipulación que el gobierno federal venía ejerciendo por vía de las organizaciones laborales oficiales, todas ellas incrustadas en el Partido Revolucionario Institucional.
El resto del filme sólo confirma ese afán de proclama testimonial teniendo como base otros momentos de la cada vez más enfática alocución de Guadalajara (“Un sindicato de electricistas democráticos es también un buen comienzo para lograr la reestructuración democrática del movimiento obrero, necesitamos un movimiento obrero moderno, actuante, un movimiento obrero constituido por Sindicatos industriales, con autonomía relativa para sus secciones”; “Hoy hemos abierto la tumba para el charrismo y Fidel Velázquez, ese grosero, ese nauseabundo representante del charrismo sindical ya no representará jamás los intereses de un proletariado liberado!”; “¡Compañeras y compañeros, hacemos al ver a la esfinge del padre de la Patria, el juramento de llevar adelante la lucha a muerte contra el charrismo!”). Esta última frase queda ilustrada con una imagen de la estatua del cura Hidalgo que, situada en la misma Plaza de la Liberación, alude al decreto de abolición de la esclavitud firmado y difundido por el dirigente independentista en 1810.
Ilustrado con un collage de imágenes de Galván al momento de ser entrevistado y de diversas marchas de los trabajadores del sector eléctrico anti-oficial, el epílogo de la obra que nos ocupa se sustenta en la cadena de frases que, dichas por voz en off, resumen a su vez la perspectiva de Julio Pliego alrededor de 30 años después de haber seguido con su cámara (como lo hizo con muchos otros movimientos sociales), aquellas importantes jornadas: “De hecho, el conflicto electricista ilustraba magistralmente el choque de las fuerzas antagónicas que querían moldear al país; consciente de ello, Rafael Galván fue capaz de sacar a la luz pública un programa que trató de imprimirle un rumbo democrático y popular a México, fundiendo las voluntades de las capas de la población. Para la Tendencia Democrática, de la cual fue guía indiscutible Galván decía ‘se estaban librando batallas decisivas, no sólo en interés de los electricistas, sino en el de todas las masas mexicanas’ […] Fue en la ‘Declaración de Guadalajara’ donde el programa de los electricistas quedaría planteado con mayor nitidez, fruto de una larga experiencia de lucha; en este documento plasmó las aspiraciones de miles de trabajadores”. La toma final muestra a Rafael Galván sonriendo ante la cámara.
También una buena cantidad de años después de sus primeros trabajos en torno al movimiento que encabezara Rafael Galván, Raúl Trejo Delarbre nos respondió que la TD “Fue el movimiento sindical más importante de los años 70, en una época en la cual los sindicatos (algunos de ellos) cumplían funciones que no alcanzaban a desempeñar los insuficientes o inexistentes partidos políticos. La TD se distinguió porque, además de sus demandas laborales, proponía un programa nacional tanto para la industria eléctrica como para el país”, y que su mayor aportación fue “El programa respaldado en la movilización independiente, el ejercicio real de la democracia en asambleas, centros de trabajo y en las calles, la demostración a pesar del autoritarismo del régimen político de esos años de que democracia y ciudadanía se podían ejercer, aunque, como les sucedió a esos trabajadores, fuera a costa de muchos sacrificios” (Vidal Bonifaz, Rosario, 3 de junio de 2021).
De esta forma se puede concluir que aquel importante y significativo movimiento de masas disidentes al control oficial, terminó por llamar la atención de cineastas independientes al esquema industrial operante en aquellos años; creadores fílmicos vinculados a organizaciones de la sociedad civil, que, en diversos formatos, útiles para el registro documental de divulgación inmediata o histórico-testimonial, acompañaron a aquellas manifestaciones, marchas y luchas que sin duda cimbraron al sistema político mexicano en su conjunto, uno que, luego de haber vivido su mejor etapa, ya comenzaba a resquebrajarse y a hacer ‘agua por todos lados’, en buena medida gracias a los embates de sectores sociales decididos a cambiar el estado de cosas. Más allá, y más acá, de sus respectivos alcances, asomarse a esas cintas nos permite comprender mucho mejor un momento clave en la historia moderna de nuestro país.
Referencias
Filmografía
La boquilla (1978). Producción: CUEC. Dirección, guion y edición: ALEJANDRA ISLAS. Fotografía y sonido (16 mm., blanco y negro): José Luis González. 16 minutos.
La otra historia. La Tendencia Democrática. Producción y Post-producción: Tv UNAM y DGTVE y Gerardo Mendieta (2006). Dirección e idea: JULIO PLIEGO; asistente: Gerardo Mendieta. Guion: Adolfo Sánchez Rebolledo y Julio Pliego; asesoría: José Woldenberg; locución: Iván Leroy. Archivo sonoro, digitalización y grabaciones: Rodolfo Sánchez Alvarado. Foto digital: Angélica García. Montaje y edición: Julio Pliego y Gerardo Mendieta. Transferencia de cine a video Betacam: DGTVE. Telecine: Talento Post. Duración: 29 minutos.
Bibliografía
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PERCHES Galván, Salvador. (28 de agosto de 2021). In Memoria de Julio Pliego (1928-2007). http://archive.is/Qx0s#selection-213.191-213.338.
SÁNCHEZ Velázquez, Rafael y Chávez Rebollar, Juan. (28 de septiembre de 1964). “Imponente concentración en honor del señor presidente”, en El Nacional.
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Sin autor. (29 de noviembre de 1977). “Sobre la Tendencia Democrática de Electricistas”, en Excelsior.
Sin autor. (5 de marzo de 1978). Uno más uno.
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TREJO Delarbre, Raúl. (octubre-diciembre de 1978). “El movimiento de los electricistas democráticos (1972-1978)”, en Cuadernos Políticos, número 18. México: Era.
VÁZQUEZ Mantecón, Álvaro. (2012). El cine súper 8 en México 1970-1989. México: Filmoteca de la UNAM.
VELA, Andrés. (19 de enero de 1978). “Clausuraron en Chihuahua las tres hidroeléctricas”, en Excélsior.
VIDAL Bonifaz, Rosario. (5 de abril de 2021). Entrevista con Alejandra Islas, vía Zoom.
VIDAL Bonifaz, Rosario. (3 de junio de 2021). Cuestionario respondido por Raúl Trejo Delarbre, vía correo electrónico.
WOLDEMBERG, José. (abril de 1978). “Lecciones de combate y democracia”, en suplemento de Siempre.
[1] Cf. (Iglesias Meza, Manuel, 1997: 472).
[2] José López Portillo fue director de la Comisión Federal de Electricidad del 18 de febrero de 1972 al 29 de mayo de 1973; será sustituido por Arsenio Farell Cubillas.
[3] Se puede consultar dicho convenio en: (Gómez Tagle, Silvia, 1980: 189 a 191).
[4] Rafael Galván Maldonado (Uruapan, Michoacán, 7 de noviembre de 1919-Ciudad de México, 3 de julio de 1980), Se graduó como Ingeniero mecánico por parte del Instituto Politécnico Nacional y obtuvo el grado de Licenciado en Economía por la UNAM. En 1951 ganó una plaza como trabajador electricista en la planta hidroeléctrica La boquilla, en Chihuahua. Entre 1964 a 1970 fue Senador por Michoacán de las XLVI y XLVII legislaturas. Líder sindical que luchó por las causas de los trabajadores electricistas entre los años de 1950 a 1978, contribuyó a la creación en 1972 del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana y formó La Tendencia Democrática. [Cf. Trejo Delarbre, Raúl. (30 de junio de 2005).
[5] (Gómez Tagle, Silvia, 1980: 199).
[6] (Trejo Delarbre, Raúl, octubre-diciembre de 1978: 59).
[7] En una nota del 19 de enero de 1978 se argumentaba que las tres plantas hidroeléctricas de Chihuahua fueron cerradas porque su funcionamiento era incosteable y no producían ni 20% para lo que estaban programadas. (Vela, Andrés, 19 de enero de 1978: 24).
[9] El 19 de marzo de 1978 llegaron a La Boquilla alrededor de 3 camiones; entre el contingente destacaron algunas integrantes del Comité Femenil del Valle de México; además de Emilio Pizarro, secretario general de la sección La boquilla, también viajaron Gilberto Partida de la sección de Mexicali y Arturo Whaley del SUTIN, entre otros.
[10] Autor del texto El Movimiento obrero y la política en México, considerado un clásico en torno a los conflictos laborales y las organizaciones de masas.
[11] Su construcción inicio en 1927, arrancó operaciones en 1930 y cerró actividades en 1978.
[12] Recordemos que los electricistas de La boquilla fueron desalojados por alrededor de 300 policías y soldados el 4 y 5 de marzo de 1978.
[13] En el local sindical, las esposas de los electricistas pusieron dos comedores para sacar un poco de dinero, además ayudaban a custodiar los Centros de trabajo, “boteaban” y repartían volantes en las marchas.
[14] En la escuela primaria del pueblo se llegó a discutir la lucha de los trabajadores, varios profesores pertenecían al Movimiento Revolucionario del Magisterio. La secundaria, fundada en 1974 y apoyada por las aportaciones de los trabajadores, cuya primera generación de egresados se llamó Tendencia Democrática y su padrino fue Rafael Galván, cerró sus puertas, ya que los profesores, como Francisco Javier Gallardo, Heriberto Álvarez, Arturo Rivera y otros fueron adscritos a otras poblaciones en represalia por apoyar a los electricistas.
[15] En febrero de 1978 un grupo de esquiroles intentó tomar por la fuerza el Centro de trabajo de Parral.
[16] Vidal Bonifaz, Rosario. (5 de abril de 2021).
[17] Raúl Trejo rememora que: “Solidaridad era la revista de los electricistas encabezados por don Rafael Galván. La revista tenía una larga historia, desde 1937. En los años 60 era editada por el Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, STERM, que dirigía Galván. Cuando ese sindicato se fusiona con el SNESCRM para crear el SUTERM, Galván la sigue publicando como expresión de su corriente sindical que en 1975 se transformaría en la Tendencia Democrática. Alrededor de 1975 varios miembros del Sindicato del Personal Académico de la UNAM, SPAUNAM, nos acercamos a Galván y comenzamos a reunirnos con él. Como resultado de ese acercamiento algunos comenzamos a escribir en la revista. En 1978, ya derrotada la TD, Galván decide impulsar el Movimiento Sindical Revolucionario y la dirección de Solidaridad queda a cargo de Adolfo Sánchez Rebolledo, un querido compañero nuestro que años atrás dirigió la revista Punto Crítico. Con él, yo me incorporo a Solidaridad como jefe de Redacción. Desempeñé esa responsabilidad hasta 1982. La revista se ocupaba fundamentalmente de asuntos sindicales, pero además incluía temas de política nacional, economía, cultura, etc. (Vidal Bonifaz, Rosario, 3 de junio de 2021).
[18] En tal sentido, Raúl Trejo nos advierte que: “El MAP se constituyó formalmente el 24 enero de 1981. Antes y después de esa fecha hubo un proceso de discusión muy intenso para revisar estatutos y sobre todo un documento de ‘Tesis y programa’ muy ambicioso que se publicó como libro de 380 pp. La Comisión Política del MAP la integraron Hugo Andrés Araujo, Rolando Cordera Campos, Arnaldo Córdova, Antonio Gershenson, Carlos Juárez Villalvazo, Eliezer Morales Aragón, Pablo Pascual Moncayo, Adolfo Sánchez Rebolledo y Arturo Whaley Martínez”. Además, pretendían avanzar hacia una sociedad menos desigual es la organización social democrática, consolidar el poder de las organizaciones de la sociedad civil, por medio de la participación popular mayoritaria, es decir, por medio de los movimientos de masas. Algunos de sus integrantes se incorporaron al acuerdo político del nacimiento del Partido Socialista Unificado de México (PSUM). (Cfr. Vidal Bonifaz, Rosario, 3 de junio de 2021 y Basurto, Jorge, 2006).
[19] Fragoso Pérez fue identificado por Raúl Trejo Delarbre.
[20] Es probable que estas imágenes sean como ya se mencionó, de la primera manifestación masiva de la Tendencia Democrática del 15 de noviembre de 1975, con más de 250 mil personas y filmada por Julio Pliego.
[21] Más adelante, el 9 de marzo se llevó a cabo una asamblea en el Sindicato de la sección de La boquilla con la presencia de Rafael Galván; Juan Morales de la sección Chihuahua; Rubén Núñez de la región Lagunera; Ramón Vélez de la sección de Parral; Alfonso Bassanetti por los nucleares; Pablo Pascual Moncayo del STUNAM; Emilio Pizarro, secretario general de la sección Boquilla, entre otros. Galván manifiesta que está en juego el destino del sindicalismo electricista. [Cfr. Woldemberg, José, abril de 1978).
[22] Se refiere a la Revista Solidaridad.
[23] Julio Pliego Medina (Tenancingo, Estado de México, 22 de enero de 1928 - Ciudad de México, 21 de febrero de 2007) fue discípulo de Manuel Álvarez Bravo, con quien, entre 1946 y 1948, tomó varios cursos en la Academia de San Carlos; durante los años de 1951 a 1963 trabajó en la realización de programas para el Telesistema Mexicano (hoy Televisa) así como en la Dirección Técnica de cine y teatro de la UNAM. De 1980 hasta 1994 fue jefe del Departamento de Producción de documentales y reportajes de la Filmoteca de la UNAM. De 1995 a 1998 colaboró para el Canal 22 con 31 programas documentales de la serie Luz de la memoria, sobre personalidades de la historia, la cultura y las artes en México. “En su extensa filmografía destacan Y cuando el cine llegó (1900-1904), trabajo con el que obtuvo el Ariel al mejor cortometraje documental o testimonial en 1990. Imágenes perdidas de Eustacio Montoya, (1988); con el que obtuvo el premio Paul Coremas al mejor trabajo de rescate, restauración, conservación y difusión de bienes muebles del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Testimonios zapatistas / historia, leyenda y mito de una utopía agrarista (1986–1987) y Paseos con Borges, entre otros títulos. Obtuvo el Premio Nacional de Periodismo 1997 por el Programa de Divulgación Cultural: México en los 60, antes de México 68 (Serie de 6 programas)”. [Cfr. Perches Galván, Salvador, 28 de agosto de 2021).
[24] El día 27 de septiembre de 1964, Adolfo López Mateos celebra en Palacio Nacional el desfile por el IV aniversario de la nacionalización de la Industria Eléctrica. (Cf. Sánchez Velázquez, Rafael y Chávez Rebollar, Juan, 28 de septiembre de 1964: 1).
[25] Arsenio Farell Cubillas fue director general de la Comisión Federal de Electricidad del 29 de mayo de 1973 al 30 de noviembre de 1976, será sustituido por Hugo Cervantes del Río.
[26] Porfirio Muñoz Ledo en ese momento era el secretario del Trabajo y Previsión Social.
[27] A dicha manifestación acudieron alrededor de 25,000 trabajadores. (Gómez Tagle, Silvia, 1980: 200).